sábado, 17 de septiembre de 2011

Padres extenuados, Hijos Infelices

Una nota aparecida hoy sábado 17 de septiembre en el Diario La Nación, introduce bajo el título " Gran Bretaña, el " peor lugar" para ser niño", varios ejes de reflexión, que debieran resultar de interés, para todo aquél que pretenda desempeñarse como psicólogo laboral.

La nota es un claro ejemplo del impacto que la modernidad líquida y el capitalisamo liviano y flotante- del que nos habla Bauman-, tienen sobre la constitución de la subjetividad.






Estos chicos "infelices" creciendo en el seno de una sociedad desarrollada, sobreprotegidos por sus padres "helicópteros" ( que velan por trasladar a todos los entornos- entre ellos el laboral- las demandas de satisfacción inmediata de las necesidades de su hijos), serán los futuros trabajadores: insatisfechos estructurales, intolerantes a cualquier tipo de frustración, incapaces de sostener vínculos duraderos que vayan mas allá de la satisfacción instantánea.
Engrosaránn las filas de la llamada Generación Y, obligando a reestructurar las estrategias de captación y retención de personal; son los que obligarán a las áreas de RRHH, a acondicionar tales estrategias, con la misma velocidad con que los publicistas y marketineros, trabajan para diferenciar sus productos en el mercado.
Pero también, introducen con su denuncia de infelicidad, un nuevo desafío ético: trabajar para incidir en las políticas empresariales y lograr que entre otras cosas, incluyan como parte de su responsabilidad social:
  • jornadas laborales que permitan a los padres compatibilizar la vida familiar y laboral,
  • que promuevan el valor del tiempo libre dedicado al placer personal y a compartir con la familia.
  • que prevengan que el estrés laboral "queme" a los trabajadores y anule su capacidad para estar consigo mismos y con otros.
Resumen de la nota
Los hallazgos a los que hace referencia la nota, son producto de un Informe financiado por el Departamento de Educación Británico, en respuesta a un informe previo de la Unicef, donde se afirma que Gran Bretaña es el peor lugar para ser niño, entre las naciones más desarrolladas del mundo.
Las conclusiones del informe giran sobre tres ejes:

1) Los niños viven esclavizados por el consumo: todos los niños-ricos y pobres- se sienten atrapados en un círculo de consumismo compulsivo, que no pueden parar, porque sus padres lo alimentan insistentemente. Los chicos de los tres países entrevistados ( España, Suecia y Gran Bretaña) , coincidieron en que lo que los hace más felices es pasar el tiempo con sus familias. Pero lo que llamó la atención, es que "los niños británicos fueron los únicos en dar a las posesiones un papel crucial en el alcance de la felicidad. Si bien se quejan de sufrir la presión de satisfacer todos sus deseos, sus padres no dejan de hacerlo"


2) Los padres sobreocupados compensan la falta de tiempo con regalos: muchas familias usan  las cosas materiales para cubrir el hueco creado por problemas como el divorcio, el desempleo o los bajos ingresos. Los padres británicos trabajan más horas que sus pares suecos y españoles. "Esto contribuye a que estén demasiado cansados para jugar con sus hijos. Muchos no tienen tiempo para compartir tan siquiera una comida. En los hogares, la TV es una "niñera" (a la BBC se la llama, desde hace muchos años, "la tía") y los dormitorios infantiles son "centros de comunicación" donde las computadoras y consolas de juegos ocupan el lugar dejado por las casas de muñecas y las maquetas de aviones".


3) Los padres desocupados o subocupados ven en el consumo un elemento de igualación social: el informe señala que lo que distingue aún más a los padres británicos del resto, es su obsesión por darles a sus hijos los artículos más caros: "Esto se ve con más frecuencia en los hogares de bajos recursos, donde la compra de objetos de lujo se considera el medio normal de integración al resto de la sociedad. Uno de los ejemplos más sorprendentes fue el de una madre soltera desempleada que compró una compleja consola de Nintendo DS a su hijo de tres años, convencida de que ésa era la única forma de evitar que fuera relegado por sus compañeros en la guardería de su barrio".


El informe concluye: "En una sociedad secular y motivada sólo por consumismo como lo es la nuestra, el único valor ético reconocido por la mayoría de los adultos es una vaga noción de relativismo moral. Para muchos niños que están solos en sus habitaciones o en la jungla de la calle, esto se traduce en un «todo vale». Los hemos dejado demasiado tiempo a merced del mercado y, si no actuamos pronto, las consecuencias serán nefastas".

Quienes deseen leer la nota completa, pueden hacerlo ingresando a
http://www.lanacion.com.ar/1406887-gran-bretana-el-peor-lugar-para-ser-nino

Laura y Alejandra















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